El slow fashion es un movimiento que considera los procesos y recursos utilizados para la creación de ropa para concebir la moda desde un hacer consciente, ético y respetuoso con el medio ambiente, los trabajadores y consumidores. Sobre todo, con un enfoque en la sustentabilidad.
Para entender el movimiento del slow fashion hay que entender qué es el consumo responsable. Hay que tener en cuenta que los recursos naturales puedes agotarse y tenemos que ser conscientes que algún día se van a agotar.
El movimiento slow fashion quiere concienciar a las personas a consumir la moda de manera consciente e intencionada, para eso hay que tener en cuenta las tres erres, reducir, reutilizar y reciclar.
Este movimiento quiere transmitir al consumidor que lo que hay que hacer es reducir el impacto de la excesiva producción y el consumo que genera la industria textil “fast fashion” la segunda industria que emite más polución del mundo.
Desde hace ya unos años la industria de la moda pasó de realizar cuatro colecciones anuales a alrededor de ocho o diez por temporada, de ahí proviene el denominado concepto fast fashion.
La moda lenta pretende exigir a los dueños de estas grandes marcas que sean más transparentes, más éticos y responsables con la manera en la que fabrican sus productos.
Pero de nuevo el movimiento slow fashion invita a cambiar los hábitos de consumo a que poco a poco vayamos haciendo este cambio y todos tenemos que hacerlo, no sólo las empresas sino nosotros también como consumidores para que también las políticas vayan cambiando.
Entonces la próxima vez que vayas a comprar debes preguntarte lo siguiente: ¿Lo necesito realmente? ¿Puedo compartirlo? ¿Es una prenda que puedo compartir con mi familiar, mi hermano, mi hermana?
¿Quién hizo mi ropa? ¿Cómo está hecho? ¿Cuál fue el proceso? ¿Cómo han llegado a la tienda? (avión, barco…) ¿Puede reciclarse? ¿Cuánto cuesta? ¿Cuánto dura? ¿Qué otras opciones hay? ¿Sin duda lo necesito?
Todas estas preguntas pueden referirse al concepto utilizado como upclycling que nos ayuda a entender que cualquier prenda puede seguir siendo utilizada, reparándola, vendiéndola por piezas de segunda mano o bien reciclando la tela para darle una nueva función.